miércoles, 12 de junio de 2019

¿POR QUÉ DEJAMOS DE DIBUJAR, DE CREAR?


Si observamos una clase de Educación Infantil, veremos que a los peques les encanta dibujar, colorear, experimentar con los colores y con todos los materiales que les pongamos a mano para expresarse  (acuarelas, ceras, pintura de dedos).
Es una fiesta cuando nos ven sacar los pinceles,  las ceras blandas o las tizas húmedas. Pero lo mejor de todo es verlos disfrutar, no les da miedo mancharse, no les da miedo probar, no les da miedo experimentar. 

¿QUÉ ES LO QUE OCURRE EN EL CAMINO?
¿POR QUÉ DEJA DE GUSTARNOS?
¿POR QUÉ DEJAMOS DE HACERLO?

Cualquier persona deja de hacer algo cuando no le produce placer y eso es lo que le ocurre a una parte de niños y niñas, que conforme se hacen mayores, no les produce placer dibujar, por MIEDO a EQUIVOCARSE, por miedo a no hacerlo bien.

Se pasa de una etapa en la que la creatividad convive en el aula, a otra en la que pasa a ser algo secundario. Hay muchas asignaturas, hay que cumplir objetivos, hay que acabar libros... Es la realidad con que se encuentra cualquier docente.

Una verdadera pena, ¿verdad?

¿Qué hacer para solucionarlo?

Sin lugar a dudas ofrezcamos a niñ@s oportunidades para que se expresen, ofrezcamos materiales para que manipulen, ofrezcamos actividades motivadoras que le hagan crear, en las que no les marquemos ninguna expectativa, ni objetivos, ni evaluaciones, que le hagan perder su espontaneidad, que les corte su imaginación.


 SIMPLEMENTE DEJEMOS QUE SIENTAN EL PLACER DE CREAR, DE DIBUJAR.

Y tengamos claro que sea cual sea sea el resultado, será PERFECTO.  No juzguemos, ni critiquemos su obra.

 Pues un niñ@ creativo, será un adulto resuelto, con iniciativas, con motivación y seguro de sí mismo.





Marisa Tomás

lunes, 22 de abril de 2019

¿POR QUÉ CONTAR CUENTOS ANTES DE IR A DORMIR? Un único motivo. 





   Son muchos los artículos escritos sobre este tema  y muchos los beneficios de contar a los peques cuentos antes de dormir. Para mí, el más importante de todos es el vínculo afectivo que se crea entre el adulto que lo cuenta y el niño o niña que lo escucha.
    Por ello, en este artículo sólo me voy a centrar en este motivo:

  -EL LAZO AFECTIVO que se establece entre el emisor y el receptor. 
   Cualquiera que haya contado cuentos sabe de lo que estamos hablando. Es increíble la conexión, la magia que se genera entre el adulto y el niño o la niña que lo escucha.

   Hace poco pregunté a mi hija, qué momento recordaba con más cariño de su infancia, lo cierto es que no se lo pensó y me dijo que su mejor recuerdo era cuando por la noche le contaba cuentos. Se sentía querida, segura, en un ambiente mágico.

   La misma pregunta le hice a mi hijo y me dio la misma respuesta, es más puntualizó que, a veces, su padre le contaba historias de un libro antiguo, un poco rollo, pero que a él no le importaba, le encantaba escucharle, que estuviera allí, con él.

   Me alegró enormemente la respuesta de mis hijos, pero también me sorprendió. Durante todos estos años hemos tenido cumpleaños, hemos realizado salidas, viajes..., pensé que quizá se acordarían y nombrarían alguno de estos momentos, pero no fue así, ni siquiera el viaje a eurodisney, ganó al recuerdo del cuento de antes de dormir.

   Contemos cuentos a nuestros peques,  favorecerá su lenguaje, su expresión, enriquecerá su vocabulario, estimulará su imaginación y creatividad, desarrollará su atención, pero ante todo... 

    SE CREARÁ UN VÍNCULO AFECTIVO, UNA MAGIA, QUE RECORDARÁ CON CARIÑO Y PERDURARÁ EN SU MEMORIA PARA SIEMPRE



                                                         ¡FELICES SUEÑOS!

                                                                                           Marisa Tomás